En ti recuerdo esos ojos, esos ojos ardientes, mírame otra vez, desvelarte por mi convierte me en cenizas
sueña me, ámame pero no me olvides.
El olvido duele más que mi engaños, que mil fracaso
el olvido es la muerte
la muerte de ti, la muerte de mi; de mi amor por ti
tu, hombre de sueños hombre de fuego
camina de mi mano, que sin ti me pierdo
desde hace días me siento vaga, perdida, hundida
pues tu mirada se hace trisas, en contra de mi risas
mi miedo es grande y fuerte, me come y me entorpece
de rodillas ando pidiéndole a la vida que no me aleje nunca de esta maravilla
despistada lo soy de caminos inesperados, recorridos por miradas vagantes llenas de ilusiones
Derrumbas mi ser por medio de risas, llanto y fuego
Calienta me la vida y no me dejes morir en este frió mar,
no me mates en olvido, ámame y sueña me pero no me olvides
la muerte de ti la muerte de mi; es olvido, olvido de ti olvido de mi
te sé, te vas, te duermes. Derrotas mi ser
y así de pronto veo tus ojos ardientes diciendo adiós rápidamente.