Él estaba ahí dispuesto a amarme, dispuesto a derramar su corazón en mis manos, cansado de fallar cansada yo, de esperar lo, me concedió la lluvia más lenta y fría que esa noche nos ofreció.
Cada latido de desborde en alguno de esos besos que nos dimos, fue magia lo que salio de nuestras manos. Justo esto nunca pudo ser más perfecto. DESPERTÉ.!!
Con la brillante luz de un nuevo comienzo y el dolor de la verdad, Tú, Tú se esfumo con tu dulce vos.
No hay que correr sin antes caminar, a ti llegue como la lluvia, sin avisar, y moje aquel corazón desértico en el cual solo crece la duda e incertidumbre, Con gotas de lluvia dulce, moje cada metro de suelo, me quede sin gotas, sin gotas que derramar.
Así cada latido me ha ubicado cerca de tu boca a la distancia de tus sueños, a la distancia de mis miedos, tome tu mano y MORÍ..! Sola bajo la cruel lluvia, solo morí como mueren los sueños, como cada causa natural.